domingo, 3 de junio de 2018

Sin sentido



La debilidad en forma de una noche larga,la constante lucha entre huir y quedarse,las palabras que se quedan atoradas en la garganta,los silencios que gritan más que las palabras.

Me he quedado para vernos caer en picada,sin un paracaídas que evite el desastre,he recorrido todos nuestros pasos,no para borrar tu huellas, sino para crear nuevos caminos.

Como siempre,tu ausencia me escupe a la cara,y yo,que nunca he sabido bien cómo esconderme,me encuentro retándola en un sin sentido constante. 

Ya no pienso huir de lo inevitable,no hay sitio donde ocultarme,porque al final,siempre sabes cómo hallarme.

Tampoco tengo miedo a la herida,le he echado limón tantas veces,que empieza a volverse cicatriz permanente.

Esta falta de tiya se me ha vuelto una constante,y para tu buena suerte,siempre fui buena para volver todo una costumbre. 

Esta vez no le tengo miedo al vacío,después de tocar fondo,no quedará más que empezar a subir.






sábado, 19 de mayo de 2018

Posdata




¿Cómo debería medirse la distancia? 

Es como si las medidas establecidas no fueran suficientes, en un kilómetro me cabe un mundo entero; pero si se trata de mí mente a tu recuerdo no hay distancia que exista, te sigo sintiendo a lado mío.

Te me has vuelto como una sombra, de esas que te siguen en cada paso, que te acechan sin decir palabra; y yo ya no sé qué hacer con tanto silencio. 

La distancia se me ha vuelto igual de relativa que el tiempo; que en los días no existes, y estás lejos, en tu mundo; y por las noches cada segundo es más lento, y todo pesa; y te siento al alcance de un recuerdo.

Ayer me dijeron que me veía feliz, y no tuve que fingir que lo era; porque estaba pasando, y cada día la sonrisa es más natural, y están pasando cosas. Aunque ya no estás ahí para verlas. 

Y no puedes tener puta idea del miedo que da eso.

Miedo a no verte en mi vida, miedo a esta constante incertidumbre de mí sin ti. Miedo a ver cómo hace un par de meses me imaginaba montando escenas de película en aeropuertos, y ahora no me da el amor para escribir y saberte. 

Ahora las canciones de amor ya no suenan a nosotros, esta ciudad se está quedando vacía de recuerdos, y ya no sé qué hacer con tanto espacio.  

Que sé que la vida sigue, pero es que hasta hace poco no sabía que existía vida después de ti. Y eso congela cada uno de mis huesos. 

Ya no tengo más promesas, sólo aquella de seguir dejando que duela hasta que un día no quede más que empezar a reírme. Que es cierto eso de que siempre tendrás parte de mí, y ojalá la cuides bien. 

Que a esta carta no le quedan más posdatas. 

Y este punto sí es final. 


https://youtu.be/oc_brcZ8BLo 

miércoles, 18 de abril de 2018

Lista de pendientes

He repasado tantas veces en mi cabeza las últimas palabras, 
me las he aprendido de memoria. 
He dicho una y otra vez
“esta es la última”, 
apretando mis puños para no cruzar los dedos 
y desear que no lo sea. 

He ocultado la foto de mi buró, 
Intentando borrar cada parte de ti 
en mi habitación, 
en mi piel, 
intentarlo de la cabeza, 
no he tenido mucho éxito. 

He regresado a comparar
cada memoria, 
conmigo, 
con otras que no tienen mi descripción, 
entender la parte donde estuvo mal,
siempre mal, 
Encontrar el error,
caer en cuenta que sí, 
que a veces todo no es suficiente. 

Que a veces no eres suficiente. 

Intento concentrarme en otra cosa, 
no mirar el reloj, 
luchar contra mi ganas de buscar un rastro, 
escribir, 
escribir, 
escribir.

El tiempo está pasando tan lento. 
He tenido días buenos
De las noches no podría decir lo mismo.

Hoy pude escuchar a Andrés,
No estabas en mi mente,
Tal vez pueda dejar de pensarte
De imaginar,
De teorizarnos,
De seguir el patrón. 

Tal vez,

Pero
no hoy. 

martes, 29 de agosto de 2017

Valiente




Salta, valiente
que vas de mi mano,
y la ciudad se hace pequeña,
al escucharnos andar.

Que vamos quitándonos los miedos,
derribando los muros,
despojando cada una,
de todas nuestras dudas.

Salta, valiente,
que si te quedas,
te regalo el lado izquierdo de mi pecho.

Hacemos guerra bajo las sábanas,
tregua con tazas de café,
y repetimos el acto.

Salta,
que quiero convertir en dialecto,
todos nuestros silencios,
deshojar margaritas,
repletas de sí.

Transformar los ojalá,
en certeza,
conjugarnos,
en presente.

Salta, valiente,
que cuando vas de mi mano,
la ciudad se incendia.

Y yo muero,
por vernos,
arder.



martes, 16 de mayo de 2017

Ausencia.

Cuéntale a tu ausencia cómo sobreviví al temblor, 
dile que entre tanto escombro 
no pude mantenerme ilesa, 
pero sigo viva. 

Dile que el tiempo marcha, 
lento, 
pero marcha; 
que ya no duele cada noche, 
que ya hasta puedo reír, 
aunque se sienta distinto. 

Cuéntale que no fue su aliento 
lo último que rozó mi labio inferior, 
y que mi hombro izquierdo 
ya olvidó el aroma a cigarrillo 
que tiene su piel. 

Dile a tu ausencia que le extraño,
Pero no lo suficiente,
Para gritarlo a cuatro vientos,
Que puedo escuchar sobre playas,
Sin que me falte la respiración. 

Cuéntale que ya no hurgo en los recuerdos,
Buscando el momento 
donde inició el vacío,
Que ya no me desvanezco 
Después de decir:
"Fui yo."

Dile a tu ausencia
que le he echado limón a la herida
Hasta hacerla cicatriz.
Y que se me ve preciosa. 

Cuéntale,
Que no me asomo por la ventana,
Ni recuerdo que todos los caminos,
Llevan a mi puerta, 
Porque sé que no vendrá. 

Ve y dile a tu ausencia
Que no duele,
Que ya no hay sitio donde le sueñe
O exista.

Aunque
todo esto,
No 
Me lo crea
Ni 
Yo. 




miércoles, 19 de abril de 2017

La historia de cuando el tiempo dejó de funcionar.




El tiempo se ha detenido 
Pero está vez fue diferente
Dejo de detenerse en tu mirada
Para hacerlo en la herida. 

Se detuvo en el beso que no era para mi boca,
En esa caricia que no era para mi piel,
En esa imagen de tu cuerpo durmiendo con un cuerpo que no era mío. 

El tiempo simplemente se detuvo,
En tus palabras rotas,
En tus te amo inciertos,
En tus millones de dudas, 
En las lágrimas que no pudiste secarme.

El tiempo se detuvo en el crujir de mi corazón cuando me dejaste, 
En el rumbo que se me perdió cuando me convertí en todo eso que juré no ser,
Y tu mirada perdida no fue suficiente para calmar todo este dolor. 

El tiempo se detuvo en el miedo 
A no saber qué hacer sin tu voz
A sentirme perdida si tu mano no va de la mía
Pero no te preocupes, amor, 
el tiempo también volverá a dar marcha.

Y recorreré el camino que he tomado cada vez que huyes,
Esperando que está vez sea la última,
Y escucharé nuestra canción favorita de Andrés sin que tenga significado,
Y haré las cosas sin contártelas. 

Los zorros dejaran de ser animales australianos para convertirse en lobos,
Y estas enfermas ganas de tenerte a mi lado se volverán cenizas. 

El tiempo tal vez, un día, se detenga en nuestra historia,
Se quede en el recuerdo, 
Y si es así, espero me recuerdes sin estar así de rota
Que te acuerdes de mi risa,
De mi manera de mirarte.
De amarte.

Y espero que el tiempo un día,
Borre todo este vacío
Me deje con lo bueno,
Pero de no ser así,
No temas, cielo, a que los días borren tu memoria.

En algún punto del universo,
El tiempo no podrá olvidarnos.

miércoles, 2 de noviembre de 2016

Destiempo



Para cuando leas estas letras no estaré muy segura del rumbo que hayamos tomado; tal vez estés por ahí diciendo un nombre que no es el mío, manejando bajo las luces de la ciudad mientras sostienes la mano de alguien más.

Tal vez cuando leas estas letras hayas olvidado mi huida, y las canciones sobre playas ya no te recuerden a mí; para cuando leas estas letras tal vez tengas tatuado en la piel el aroma de una piel que no es la mía, y te hayas acostumbrado a una voz más dulce, más cauta, que no tenga un agudo de mis palabras necias, de mis verdades secas, de mis reclamos absurdos. 

Para cuando leas estas letras ya no habrá rastro de la mirada que intentaba descubrirlo todo al reflejarse en tus pupilas, no habrá huella de aquellos dedos que siempre simulaban peinar tu cabello, no quedará ni el eco de aquella risa que surgía cuando hablaba de tus muecas extrañas.

Para cuando leas estas letras sé muy bien que estarás dejando el corazón en otra puerta, escribiendo versos que no encajan en mi descripción, despidiéndote de mi memoria, intentando encontrar la felicidad que nunca encontraste en este puerto. 

Cuando leas estas letras te prometo ya no habrá más te quiero sin respuesta, no existirán más dudas ni incertidumbre, no habrá quizás ni mañanas; ni siquiera habrá silencios.

Para cuando leas estas letras no existirán más nuestros demonios, ni los fantasmas del pasado, no habrá domingo en la cama, ni viernes de guerra por la noche. Se habrá ido todo. 

Es probable que cuando leas todo esto yo esté diciendo otro nombre, besando otra boca, tatuándome una nueva piel. Tal vez cuando leas estas letras vaya de la mano de alguien más, y me ría de sus chistes, y me enamore de sus manías.

Cuando leas estas letras quizás sepas que tenías razón, que estuvimos siempre a destiempo, que no existía un nosotros porque nunca estuvimos listos. 

Y espero que cuando leas estas letras entiendas que a tu lado viví la aventura de mi vida, que voy a recordarte cada día, aunque sea sólo por un segundo. Si es que acaso me queda una promesa por hacer, es aquella en la que te digo que si te veo en otra vida, o nos volvemos a cruzar en esta; no volveré a llegar tarde.